Pranayama me ha beneficiado de una manera realmente inesperada: me he vuelto mucho más paciente en situaciones que no son de yoga. Por ejemplo, juego racquetball mucho. En este juego, debes alternar rápidamente entre el esfuerzo total y la relajación total. Resulta que el control de la respiración, que conduce al autocontrol mental, es fantásticamente útil para esto.
Incluso ha sido útil cuando se trata de otro estrés físico. Por ejemplo, ayuda muchísimo cada vez que tengo que recibir una inyección estética en el dentista. O relajarse cuando se encuentre con turbulencia en un vuelo.