Una persona con una enfermedad mental no puede ser ingresada en el hospital, solo porque alguien piense que está enferma. Si alguien no quiere ir al hospital, hay criterios específicos (3 para ser exactos, aquí en California) que deben cumplirse, para forzarlos.
La persona debe ser 1. “Un peligro para ellos mismos”, o 2. “Un peligro para los demás”, o 3. “Gravemente discapacitado” (lo que significa que no están dispuestos o no pueden proporcionar o aceptar ayuda para sus necesidades básicas). necesidades, como comida, refugio, ropa …)