Con más de 7 mil millones de personas en el planeta, existe una probabilidad extremadamente alta de que algún día conozcas a un “gemelo” con quien no estás emparentado.
Sí, nuestra apariencia está determinada por nuestros genes, epigeníticos y nuestros entornos. Sin embargo, los genomas de nuestros espermatozoides y huevos se revuelven en la producción de estas células (por meiosis), por lo que la posibilidad de que te veas idéntico a cualquiera de tus padres disminuye, mientras que la probabilidad de ser diferente aumenta.
Tarde o temprano, alguien de tu generación “saldrá” con características físicas muy similares a las tuyas.
Dicho esto, no es probable que tus genomas sean casi idénticos.