El daño emocional es subjetivo: en gran medida, decidimos sentirnos heridos. Si la persona X le dice a un grupo de personas que todos son tontos, algunos miembros del grupo se sentirán heridos, mientras que a otros no les importará nada.
Otras personas a veces quieren lastimarme por lo que dicen y hacen, y otras veces no lo dicen en serio, pero lo percibo como perjudicial. En ambos casos, puedo decidir sentirme herido, pero también puedo decidir lo contrario. Se necesita un poco de reflexión para internalizar esta verdad, pero es posible hacerlo parte de su forma normal de pensar. Al no tomar tan en serio la vida (y las palabras y obras de otras personas), la vida será mucho más fácil.