Cuando inhalamos, el ritmo cardíaco aumenta y cuando exhalamos, el ritmo cardíaco desciende. La diferencia entre ellos se llama variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC). Cuando practicamos respiración diafragmática lenta y profunda, digamos 5 respiraciones por minuto con la HRV de mínimo 20, la frecuencia cardíaca a 60-65 y la coherencia cerebral al 100%, terminamos en el suministro de grandes cantidades de oxígeno a nuestro cerebro. Esto asegura la activación global del cerebro y la iluminación de las partes intrincadas de la corteza frontal del cerebro (centro ejecutivo) y se forman nuevos circuitos neuronales. Tal activación tiene profundos efectos en los niveles de energía, capacidad de concentración, claridad en el pensamiento, toma de decisiones, etc. He estado haciendo este estudio durante los últimos 6 años y puedes visitar uno de mis artículos recientes en el sitio web donde publiqué algunos imágenes de biofeedback.
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