La recuperación generalmente depende de la capacidad de su cuerpo para eliminar el virus, no de sus comportamientos específicos. Dicho esto, los líquidos son los más importantes para evitar la deshidratación. Incluso pequeñas cantidades frecuentes de hielo o bebidas congeladas son buenas. Cuando tenga ganas de comer, comience con alimentos líquidos como caldos, gelatina o incluso suplementos nutricionales como Ensure ®, que son fáciles de digerir; evite los jugos ácidos o ácidos como la uva o el jugo de naranja. Para los sólidos, pruebe la dieta “BRAT”: plátanos, arroz, compota de manzana y pan tostado, de nuevo, no irritante y fácil de digerir.
Los medicamentos como el subsalicilato de bismuto (Pepto-Bismol®) son más efectivos contra los patógenos bacterianos, pero pueden ser calmante y aliviar las náuseas. Las tabletas como las utilizadas para el mareo también pueden ser útiles para las náuseas. Nuevamente, protéjase contra la deshidratación, ya que puede empeorar significativamente los síntomas.
Los virus no pueden ser “muertos de hambre”, ya que no tienen necesidades nutricionales; usan los ácidos nucleicos de sus propias células para reproducirse. La destrucción de las células infectadas es la forma en que su cuerpo se deshace de la enfermedad, y mientras usted y sus mecanismos de defensa son capaces de pasar varios días sin alimento, le sugiero que lo haga con suavidad tan pronto como se sienta capaz.