Te estás aferrando al concepto de uno mismo: “Soy el ayudante”, etc.
Aferrarse se asocia con el miedo. En general, el miedo es “No sé quién soy”: una especie de nada existencial parece acechar fuera del campamento, y tu mente se esfuerza por mantener una idea fija de sí mismo a fin de mantener a raya a ese lobo.
La gente hará muchas cosas disfuncionales para mantener el ego, para mantener intacta su identidad. Una gran cantidad de actividades “pseudo-significativas” como “ayudar obsesivamente” cuando no se ajusta a la situación “, etc.
Por supuesto, es apropiado y significativo ayudar cuando la situación lo requiere, cuando tiene lo que necesita y está percibiendo la necesidad correctamente. Pero estar en una rueda de hámster, donde tienes que ayudar a validar tu ego, es simplemente rascar ese picor de tu identidad.
La forma de lidiar con eso es voltearse y enfrentar el miedo. Permítete reconocer que no estás seguro de quién eres, de si eres importante y digno, etc. El coraje para enfrentar tus dudas es esencial para que aparezca la libertad.
Más allá de eso, también tiene sentido valorar la naturaleza del yo verdadero. El verdadero yo es la fuente del significado en la vida, es de donde provienen sus valores más profundos, es el origen de la autenticidad. Puedes confiar en que tienes esa fuente ilimitada de verdad y valor como una posibilidad, todos lo hacen. Pero para realizarlo de una manera tangible, debes dejar de lado estas ideas que tienes sobre quién eres, quién deberías ser y a quién debes evitar.
¿Qué hace que los humanos lastimen a otros humanos?
¿Por qué obtengo marcas de sudor cuando me pongo nervioso?
¿Por qué las personas son malas? ¿No saben que están lastimando a alguien más?
Esos conceptos superficiales de identidad se interponen en el camino: hacen mucho ruido sin agregar ningún valor. Tienes que escuchar más a fondo para escuchar este tipo de verdad, tienes que estar dispuesto a tirar cosas que son pretenciosas o forzar la conformidad (¡o no conformidad!) O ser habituales o egoístas, y sintonizar con la parte más fundamental de usted mismo … la parte que es más significativa.
Tu trabajo es expresar eso. Así es como sería tu vida si estuvieras siendo tú mismo: sería una expresión de una verdad que es tan rica y completa que no puedes encontrar palabras para explicarla. Entonces no lo explicas, sino que aprendes a encarnarlo . Te conviertes en la voz y las manos de esa verdad.
No se verá como “ayudar a otros” la mayor parte del tiempo. Se verá como una fuerza de la naturaleza.