Permítanme intentar responder a esto desde dos perspectivas: las perspectivas filosófica y sociológica.
La perspectiva filosófica.
En un video reciente que estaba viendo en Sócrates, se presentó un cierto ejemplo en un contexto algo diferente, pero creo que funciona perfectamente en relación con esta pregunta.
Toma, por ejemplo, que tienes un hombre Candy y un Doctor. Si le preguntas a una persona promedio a quién preferiría visitar, la mayoría elegiría al hombre del caramelo, después de todo, te da un caramelo dulce y delicioso que te hace sentir bien y te trae alegría. ¿Y qué hace el doctor? Inyecta inyecciones, prescribe medicamentos amargos y en general te hace miserable. Obviamente vas al hombre dulce.
Sin embargo, mientras haces viajes repetidos al hombre del caramelo, no te das cuenta del efecto que tiene sobre ti. Sus dientes empeoran cada día, usted está viviendo con una dieta poco saludable y aumenta de peso y su cuerpo no está funcionando correctamente. Hiciste la elección incorrecta. Fallaste en apreciar que el Doctor está aquí solo para ayudarte. Pero el hombre dulce no.
En el ejemplo anterior, el hombre del caramelo es la droga. Esta perspectiva postula que tomamos drogas, fumamos cigarrillos, bebemos alcohol, cometemos delitos menores, etc. simplemente por el placer hedonista que nos proporciona. Esto es especialmente así para aquellos que enfrentan estrés y pruebas en la vida (se encuentra una mayor ingesta de drogas, fumar y beber entre ellos). Las drogas proporcionan una liberación hedonista de la alternativa. La alternativa es enfrentar la dura realidad y trabajar duro para llegar a una vida saludable (el Doctor, esencialmente).
Por lo tanto, esta perspectiva postula que el ‘Principio de placer’ está en acción, lo que nos hace evitar el dolor y buscar placer en la vida a pesar de las consecuencias.
La perspectiva sociológica.
Esto es más fácil de explicar y entender. Nos involucramos en este tipo de comportamiento a pesar de saber que podría traernos efectos perjudiciales por una serie de razones sociales. Algunos lo hacen porque ven a todos sus amigos, a sus hermanos mayores, a sus compañeros de trabajo, etc. haciéndolo, otros lo hacen por presión de grupo, otros lo hacen porque la sociedad les dice ‘prueben todo al menos una vez’.
Eventualmente, esta expresión social se enreda tanto en el proceso de la vida, que casi nos socializamos para pensar que es algo que tenemos que hacer. Cuando comencé la universidad, varios de mis nuevos compañeros de clase se sorprendieron de que nunca antes hubiera tocado un cigarrillo o una droga. Cuando me preguntaron por qué simplemente les dije que no quería. Fue insondable para ellos. La ingesta de drogas o el tabaquismo se han convertido casi en algo que pensaban que tenían que hacer en la vida, como casarse u obtener un trabajo estable.
“Todo el mundo lo intenta un poco en la universidad, ya sabes” fue la razón por la que se me presentó, pero cuando pregunté, nadie realmente tenía una respuesta.
Por lo tanto, esta perspectiva postula que debido a las tendencias cambiantes y los factores culturales, nos hemos socializado para pensar que es algo para probar, a pesar de saber que podría llevar a una adicción, o algo peor.
Espero haber resultado útil e informativo. Tal vez lo hice un poco académicamente, pero es algo que había estado reflexionando durante un tiempo, así que decidí seguir mis pensamientos caprichosos al respecto.