Esa es una lucha entre tu mente y tu corazón. Tu mente es práctica. Te hace pensar en las posibles soluciones.
A. Esto va a funcionar.
B. No, no va a funcionar.
Pero el corazón anhela la A. Te engaña el cerebro, te hace ilusiones y aumentan las probabilidades y las posibilidades de que esto funcione.
Es fácil decir que no tienes expectativas. Pero la verdad es que tu corazón establece expectativas. Y cuando se rompe, es doloroso.