¿A dónde va toda la energía de un cuerpo cuando está muerto?

Nuestro cuerpo viviente consiste en energía que es principalmente química y eléctrica. Cuando un organismo muere, esta energía se convierte en calor por procesos naturales como la descomposición. Si el entorno es más frío que el cuerpo (y en la mayoría de los casos, esto es cierto), este calor escapa al medio ambiente, desde donde finalmente entra al universo en forma de radiaciones infrarrojas.

¡se disipa!