Depende de la tarea que involucre a la neurona individual y su posición en el procesamiento de la información. Solo parte de las neuronas participan en los eventos de memoria. Sin embargo, todos contribuyen a recordar cómo el grupo neuronal al que pertenecen trata las señales aferentes. Este tratamiento es piramidal: la información básica se ensambla en representaciones más complejas. La estratificación permite la complejidad y diversidad de conceptos manejados sin involucrar a una multitud adicional de neuronas. En la parte superior de la pirámide, este mecanismo lleva a una neurona a ser soporte, a través de su red de conexiones, de una representación compleja (ver neurona Jennifer Aniston [1]). Más una neurona está cerca de la parte superior, más su extinción representa la pérdida de una información elaborada, sin mecanismos de control superpuestos para notar. Nada en conciencia puede ser consciente de que uno ya no conoce a Jennifer Aniston si esta neurona desaparece. Sin embargo, conservando el resto de la pirámide integradora, puede recrear esta información (e inevitablemente tiende a hacerlo si el contexto lo fomenta) con las neuronas restantes. Sin embargo, esta flexibilidad neuronal es competitiva: nuestras reconfiguraciones suprimen otras. Los nuevos recuerdos persiguen a los más débiles entre los primeros.
Notas a pie de página
[1] Por qué tu cerebro tiene una ‘célula de Jennifer Aniston’