Personalmente, no busco el tratamiento frío y silencioso: prefiero la versión caliente, “Dale el infierno y patea su trasero” (no literalmente). No me gusta adivinar juegos, no creo que sean justos. ¿Cómo sabe él lo que hizo? Tal vez haya una explicación razonable: a veces hay un malentendido. Tengo un temperamento, pero la gente sabe que soy una persona justa y razonable, y lo admitiré cuando me equivoque. Y te diré algo en tu cara.
Entonces digo: Pon tus cartas sobre la mesa. La vida es demasiado corta. Hazle saber lo que tienes en mente y dale la cortesía para responder. Él no es un swami, y usted no es el Dalai Lama, a quien se le hacen ofrendas. Dale al hombre un descanso.