¿Cómo difieren las células madre embrionarias y adultas?

Las células madre embrionarias se forman temprano después de la fertilización y son responsables de generar el embrión que luego forma el feto y el recién nacido. Al nacer, ya no quedan más células madre embrionarias (o al menos muy pocas). A este respecto, si bien las células madre embrionarias pueden formar todos los tipos de tejidos, esencialmente se “agotan” durante el desarrollo. Por el contrario, las células madre adultas (a menudo denominadas “progenitores”) son células que residen en tejidos específicos, como el músculo o la piel, que se activan en respuesta a una lesión que da lugar a tejido de reemplazo, un proceso denominado regeneración. Estas células madre adultas también dan lugar a más células madre adultas (un proceso conocido como “autorrenovación”) para que el tejido pueda responder a las lesiones posteriores. Cabe señalar que algunos tejidos como el intestino se someten a un proceso continuo de renovación del tejido y las células madre intestinales adultas que subyacen a este proceso están continuamente activas, mientras que otros tejidos como el músculo esquelético activan principalmente sus células madre en respuesta a una lesión. Otros tejidos, como el cerebro y el corazón, tienen células madre inactivas o células madre con capacidades regenerativas muy limitadas. Este es un campo de investigación muy activo.