Tal vez no tengas suficiente sexo en tu vida, pero estás casado.
Quieres más sexo, por lo que estás tentado de ir a un burdel o contratar a una prostituta.
Eventualmente cedes a tu tentación y tu pareja se da cuenta.
¿Lo que pasa? Bueno, tu pareja ya no quiere estar contigo, sabiendo que la rechazaste y no confías en ella.
Esto lleva a problemas emocionales y tal vez incluso depresión, hasta que te llenes solo de soledad y te sientas miserable.
Este es solo uno de muchos ejemplos de cómo la tentación tiene la capacidad de dañar a las personas. Tal vez este no sea el ejemplo más claro, y tal vez sea un poco vulgar, pero la realidad es que ha habido muchos casos de que esto ocurra.