¿Cómo evolucionó el mosquito para chupar sangre?

Solo los mosquitos hembra chupan una comida de sangre. Los mosquitos machos solo beben chupando plantas y bebiendo néctar. Solo los mosquitos hembras tienen las partes de la boca necesarias para chupar sangre. Las mujeres necesitan una comida de sangre para sus huevos, pero también beben néctar. El típico mosquito hembra pica a humanos y mamíferos y chupa sangre para adquirir suficiente proteína para producir sus huevos. No usan la sangre para su propia nutrición. Hay algunas especies de mosquitos que no chupan sangre en absoluto. Ambos sexos beben néctar. El mosquito conocido más antiguo que es similar a los modernos tenía 79 millones de años de edad. Análisis filogenético y diversificación temporal de mosquitos (Diptera: Culicidae) basado en genes nucleares y morfología Este estudio parece mostrar que se remonta al Triásico. Debe haber habido alguna ventaja de tener más proteína para los huevos y las hembras con probóscide modificada tenían una ventaja.

Esta es una mujer

Este es un hombre

Por qué los insectos evolucionaron para beber sangre: la sangre es muy nutritiva en comparación con la mayoría de las sustancias vegetales. El consumo de sangre significa menos competencia con insectos pequeños similares, como las moscas carroñeros o los insectos que comen plantas (los mosquitos más antiguos conocidos son más antiguos que las flores conocidas más antiguas, por lo que la polinización se elimina). Al consumir sangre es mucho menos probable que resulte en la muerte de la presa, y es probable que no evite abiertamente el área, lo que significa un suministro constante de alimentos. Entonces, ser un ectoparásito tiene muchas ventajas con respecto a la adquisición de alimentos.

Mosquito probóscide: lo más probable es que los mosquitos tuvieran un ancestro que consumió sangre mediante el uso de mandíbulas afiladas para rasgar la piel y hacer que la sangre fluya, algo así como las moscas de los ciervos y las moscas. Sin embargo, hacer esto causa dolor en el huésped, que puede aplastarlo, alejarlo antes de que pueda comer o forzarlo a que se vaya de otra manera. Por lo tanto, la presión para desarrollar un método de consumo que sea menos doloroso y, por lo tanto, menos propenso a atraer la ira de la presa es beneficioso para la especie a largo plazo. Cortes más pequeños que evitan los nervios duelen menos, y una trompa estrecha y flexible facilitaría esta tarea.