El pericarpio (piel) en los granos de maíz tiene mucha celulosa. Ni el tracto digestivo humano ni las bacterias que lo habitan pueden consumir celulosa. Si los fluidos digestivos no pueden llegar al interior del grano, entonces nada va a pasar … es como tragar una piedra.
Si haces un mejor trabajo masticando el maíz, puedes atravesar esta piel, permitiendo que tanto los fluidos digestivos como las bacterias intestinales lleguen a los almidones, azúcares, proteínas y grasas en el interior y los digieran. El pericarpio aún no es digerible y pasará por el sistema, pero ocupa mucho menos espacio y es menos reconocible.
