Cada vez hay más pruebas de que el sistema de defensa del cuerpo humano incluye y depende de las diversas comunidades de bacterias comensales, hongos y probablemente también virus, que constituyen la microflora humana normal. Cuando negamos la residencia a estos microbios normales evitando el contacto con ellos o destruyéndolos, dejamos áreas no colonizadas en nuestra piel y las membranas mucosas donde las bacterias dañinas (por ejemplo) pueden entrar y comenzar una infección.
Hay al menos tres factores más importantes a considerar con respecto al funcionamiento apropiado de nuestro sistema inmune:
1) Nuestro sistema inmune requiere educación. Necesita ver muchos antígenos para que pueda aprender a distinguir entre “sí mismo” e “invasor”. Esta educación probablemente funciona mejor cuando somos jóvenes (“Síndrome de guardería infantil” | Desarrollo del sistema inmunológico). La incapacidad de hacer esta distinción ha sido sugerida como la causa de que el sistema inmune ataque al páncreas (diabetes) y al colon (enfermedad de Crohn); o reacción exagerada en el caso de asma y alergias alimentarias.
2) Nuestro complemento normal de bacterias intestinales contribuye importantes químicos antimicrobianos al arsenal del sistema inmune (Nuestros microbios, nosotros mismos: miles de millones de bacterias dentro, esenciales para la función inmune, son solo nuestras). Investigaciones recientes indican que los bebés que nacen por vía vaginal en lugar de por cesárea tienen menos alergias debido a su exposición a las bacterias de la madre en su camino a través del canal del parto (Las primeras bacterias del bebé dependen de la ruta de nacimiento). Algunos trasplantes fecales experimentales han sido exitosos para algunos pacientes cuya comunidad de bacterias intestinales está desequilibrada o faltan algunos residentes importantes (bacterioterapia fecal).
3) Nuestro sistema inmune evolucionó en presencia de una infección parasitaria casi constante, generalmente por algún tipo de helminto (gusano). Un número creciente de pacientes aventureros que padecen asma extrema o enfermedad de Crohn han experimentado con éxito la autoinfección con anquilostoma. Se puede encontrar más información sobre esta forma poco ortodoxa de tratamiento investigando la terapia Helminthic.
La respuesta a su pregunta se aborda más adelante bajo el tema Hygiene Hypothesis, donde, en respuesta a la pregunta ¿Cuáles son los argumentos más convincentes a favor y en contra de la hipótesis de la higiene ?, Liang-Hai Sie cita un artículo de 2010 en NCBI que es bastante bueno: La ‘hipótesis de la higiene’ para las enfermedades autoinmunes y alérgicas: una actualización.