No, de hecho, limpia tus ojos y mantiene tu visión mejor.
La cuestión de la función o el origen de las lágrimas emocionales permanece abierta. Las teorías van desde lo simple, como la respuesta al dolor infligido, hasta lo más complejo, incluida la comunicación no verbal para obtener el comportamiento de “ayuda” de los demás.
En la medicina hipocrática y medieval, las lágrimas se asociaron con los humores corporales, y el llanto se vio como una purga de exceso de humores del cerebro. William James pensó en las emociones como reflejos previos al pensamiento racional, creyendo que la respuesta fisiológica, como para estresar o irritación, es una condición previa para conocer cognitivamente las emociones como el miedo o la ira.
William H. Frey II, un bioquímico de la Universidad de Minnesota, propuso que las personas se sientan “mejor” después del llanto, debido a la eliminación de las hormonas asociadas con el estrés, específicamente la hormona adrenocorticotrópica. Esto, junto con una mayor secreción de la mucosa durante el llanto, podría conducir a la teoría de que el llanto es un mecanismo desarrollado en humanos para eliminar esta hormona del estrés cuando los niveles crecen demasiado.
Las recientes teorías psicológicas del llanto enfatizan la relación del llanto con la experiencia de la impotencia percibida. Desde esta perspectiva, una experiencia subyacente de impotencia generalmente puede explicar por qué la gente llora. Por ejemplo, una persona puede llorar después de recibir noticias sorprendentemente felices, aparentemente porque la persona se siente impotente o incapaz de influir en lo que está sucediendo.
Las lágrimas emocionales también se han puesto en un contexto evolutivo. Un estudio propone que el llanto, al difuminar la visión, puede perjudicar las acciones agresivas o defensivas, y puede funcionar como una señal confiable de apaciguamiento, necesidad o apego.