¿Por qué el fenómeno de plasticidad no se observa en los músculos esqueléticos?

El músculo esquelético demuestra una plasticidad notable, adaptándose a una variedad de estímulos externos incluyendo nivel habitual de actividad contráctil (por ejemplo, entrenamiento de ejercicio de resistencia), estado de carga (por ejemplo, entrenamiento de ejercicio de resistencia), disponibilidad de sustrato (por ejemplo, suministro de macronutrientes) y la prevalencia condiciones ambientales (por ejemplo, estrés térmico). Este fenómeno de plasticidad es común a todos los vertebrados (Schiaffino y Reggiani 1996). Sin embargo, existe una gran variación en la magnitud de la adaptabilidad entre especies y entre individuos dentro de una especie. Dicha variabilidad explica en parte las marcadas diferencias en los aspectos del rendimiento físico, como la resistencia o la fuerza, entre individuos, así como la relación de la composición del tipo de fibra del músculo esquelético con ciertos estados de enfermedad crónica, incluida la obesidad y la resistencia a la insulina.

En la mayoría de los mamíferos, el músculo esquelético comprende alrededor del 55% de la masa corporal individual y desempeña papeles vitales en la locomoción, la producción de calor durante períodos de estrés por frío y el metabolismo general. Por lo tanto, el conocimiento de los eventos moleculares y celulares que regulan potencial de adaptación en el rendimiento y el metabolismo, así como conducir al descubrimiento de nuevos genes y vías en estados clínicos comunes de enfermedad