Interesante pregunta. Aunque no puedo dar una respuesta definitiva, puedo agregar algo de perspectiva. En primer lugar, la sociedad de América del Norte ha tomado la limpieza hasta el punto de que, por ejemplo, el olor de las axilas se considera malo por definición, si realmente huele mal o no. Los perros tienen una agudeza de olfato mucho mayor que nosotros, menos los valores aprendidos, y sin embargo, encuentran una gran cantidad de olores fascinantes. Imagine un perro mezclado con un conocedor de vinos: “un ano afrutado con toques de roble y perra en celo”. Nos gusta pensar que no somos animales, pero lo somos. Sobre esa base, podría reformular la pregunta para que diga “¿por qué no me gustaría mi propio olor corporal?”
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