Los medios nos condicionan a estar insatisfechos con nosotros mismos. Esta insatisfacción nos impulsa a comprar bienes y servicios. Las dietas, la ropa, los productos para el cabello, el maquillaje, los aromas, los programas de ejercicios, la cirugía plástica y la lista … continúa.
¿Qué diablos le pasaría a nuestra economía si los medios decidieran enviar el mensaje de que usted debería estar contento consigo mismo y satisfecho con lo que Dios le dio? Bueno, sería Armageddon económico, ¿no es así?
El sexo y la sexualidad venden productos, y es altamente adictivo en los centros de recompensa del cerebro. Haga que las personas se jacten de su propio atractivo sexual y obtendrá clientes de por vida, y quién sabe, tal vez incluso más.
Esta estética hiper visual de “Madison Avenue” del valor humano se ha unido a nuestras relaciones interpersonales. Los hombres no pueden sentirse atraídos por mujeres normales que no parecen ser estrellas porno o supermodelos. Por lo tanto, las mujeres se desesperan por parecer atractivas. Cuando ven lo inalcanzable elevado como el ideal, se vuelven incapaces de pensar más allá de su cuerpo y apariencia.
Dinero.
