Hay alrededor de 1000 variedades de murciélagos en todo el mundo. Se pueden ver en todos los tamaños, y su dieta consiste en insectos, néctar y frutas. Los murciélagos vampiros, sin embargo, se alimentan de la sangre de otros animales.
Cualquiera que sea el tipo, en su mayoría tienen algunas características en común. Por ejemplo, los murciélagos descansan colgando boca abajo. Su sistema circulatorio está especialmente adaptado por tener válvulas especiales que evitan que la sangre llegue a sus cabezas.
El sistema circulatorio transporta la sangre por el cuerpo del murciélago a través de los vasos sanguíneos. La sangre es el transportador de alimentos y oxígeno, y elimina los desechos del cuerpo. La tasa de oxígeno necesaria depende del tipo de actividad. Cuando el murciélago está hibernando, requiere muy poco oxígeno; y por eso tiene una frecuencia de latidos del corazón de solo 4 latidos por minuto. Sin embargo, la tasa aumenta a 1.100 latidos por minuto durante el vuelo.
Por lo tanto, el corazón de un murciélago es muy musculoso y bastante grande. La aurícula derecha es muy grande ya que tiene que contener grandes cantidades de sangre venosa que se precipitan en ella durante el vuelo, que a su vez debe ser bombeada a los pulmones. Además, las fibras musculares individuales del tejido cardíaco son muy delgadas, por lo que una gran cantidad puede empaquetarse en una cantidad determinada de tejido muscular. Esto permite que el corazón tenga poderosas contracciones.
Los vasos sanguíneos son similares a la fisiología de los mamíferos. Fiel a su forma, el ventrículo izquierdo bombea sangre hacia la aorta. Las vénulas recogen sangre de los diversos órganos a través de los capilares. A partir de ahí, la sangre se envía a sus dos venas grandes, la vena cava superior y la vena cava inferior. La sangre se envía a la aurícula derecha.
