Mi padre falleció a la edad de 76 años. Tuvo una enfermedad muy breve y fue ingresado en el hospital, pero no pudo recuperarse. El último día en el hospital, estaba sentado junto a él en su cama, y él me preguntó cuándo lo sacarían del hospital, ¡podía volver a casa, bañarse y realizar su pooja y sus rituales diarios! Eso nunca ocurrió.
Cuando recuerdo esto hoy, mis ojos se llenan de lágrimas. Tardó casi un año en salir de este sentimiento.
Puedo entender por lo que estás pasando ahora que pierdes a tu padre. Es un momento difícil. Mis más sinceras condolencias contigo. Puedo escribir 100 consejos prácticos, pero finalmente el tiempo es el único sanador. No puedes salir de esta situación durante la noche, lleva algo de tiempo. Mantente ocupado para desviar tu atención.