En 11-12, fui expuesto a la historia del Christian Original Sin. Incluso cuando era niño, pensé que no había justicia, porque:
- Es incorrecto negarles a tus “hijos” el conocimiento del Bien y el Mal, sea cual sea el motivo.
- Es incorrecto negarles a tus “hijos” el conocimiento de la inmortalidad porque temes que puedan llegar a ser como tú (dioses).
- Es un error pedirle a los seres ingenuos, que no saben ni el bien ni el mal, que hagan o no hagan nada, y esperan que cumplan (solo pruébenlo con un niño de tres años).
- Es un error castigarlos por un crimen que les permitió cometer, y uno que no pudieron evitar cometer.
- Es malo visitar los pecados de los padres hacia los hijos.
Entonces decidí que, sea lo que sea que haya, Dios no es este, porque este es cruel, insignificante, injusto y, por lo tanto, no merece la adoración.
En verdad, me hizo pensar que los adultos razonables podrían creer en esta historia que no solo es obviamente un mito, sino también un mito que sorprendería a un niño pequeño.