Sí, si permite tecnicismos. Digamos que Stan y Nancy dan a luz a un bebé sano que rebota. El nombre de ese bebé es Fred. Fred desarrolla leucemia a la edad de cuatro años y su cuerpo está tan devastado que necesita un trasplante de médula ósea. Por suerte para él, hay un donante compatible llamado Janet que resulta ser del tipo AB. Janet dona su médula ósea a Fred y la médula ósea de Fred se llena de células madre hematopoyéticas de Janet. Tres meses después, Fred se ha recuperado muy bien y sus glóbulos rojos ahora expresan los antígenos A y B. Fred todavía tiene la misma madre y el mismo padre, pero Fred ahora tiene sangre tipo AB, cortesía de Janet.
Avance rápido de 15 años. Janet está en casa comiendo cereal, leyendo el periódico de la mañana de un flojo domingo por la mañana. De repente, la puerta se le cae de las bisagras, explota un flashbang y la policía la agita gritando: “¡Ponte en el suelo!” Fred había tenido momentos difíciles y había cometido varios asesinatos de grizzly, pero sus víctimas habían respondido, dejando parte de la sangre de Fred en la escena del crimen. El análisis forense mostró la sangre para coincidir con Janet, que estaba en la base de datos nacional de delitos porque una vez había trabajado como empleada federal, y la policía la estaba llevando a interrogar.
Moraleja de la historia: apestas, Fred.