Porque nos volveríamos locos si no lo hiciéramos. Todos nosotros estaríamos respirándose mutuamente el cuello todo el tiempo.
Imagina un mundo en el que estás despierto las 24 horas, todos los días. Diablos no, paso. El tiempo de inactividad es bueno.
Nos ayuda a valorar y apreciar la buena salud y la vida en general, y no lo damos por sentado porque todo puede terminar en un abrir y cerrar de ojos.