Cáncer es el más grande. Por definición, malignidad es la tendencia de una condición a empeorar; cuando se trata de neoplasmas, la malignidad es prácticamente sinónimo de cáncer. El cáncer se puede formar a partir de cualquier tipo de célula en el cuerpo y es el resultado del daño concomitante del ADN a varios genes vitales que regulan la división celular, la reparación del ADN y la activación de la apoptosis. Estas células patológicas mutan a un ritmo extremadamente rápido y pueden o no liberar hormonas que interrumpen la función endocrina del cuerpo. A medida que el cáncer continúa avanzando, las células cancerosas se vuelven más mutantes, más diversas y se multiplicarán hasta que se forme un tumor. Si el tumor posee la capacidad de promover la angiogénesis (producción de nuevos vasos sanguíneos), ampliará enormemente su suministro de nutrientes y el tumor crecerá aún más. Después de cierto punto, las células tumorales se desprenden y entran en los sistemas linfáticos y / o cardiovasculares del cuerpo y crearán nuevos tumores en partes distantes del cuerpo; esto es metástasis, y es uno de los factores clave para determinar si un tumor es maligno o no.
Hay varias diferencias entre un tumor benigno y uno maligno; a saber, que un tumor benigno no es invasivo (las células neoplásicas no se diseminan a otras capas de tejido distintas a la que se originan), y que un tumor benigno no produce metástasis (se disemina a partes distantes del cuerpo), aunque puede crecer Por favor, no interprete que esto significa que todos los tumores benignos no son graves; si ocurren en el cerebro y continúan expandiéndose, por ejemplo, a menudo matan al paciente si no se extirpan. Otros tumores benignos liberan cantidades incontroladas de hormonas, causando efectos potencialmente graves si no se tratan. Muchos tumores benignos tienen la capacidad de volverse cancerosos, como los pólipos colorrectales, y por lo tanto se eliminan rutinariamente. La mayoría de los tumores benignos no hacen nada para dañar el cuerpo. Un gran porcentaje de personas y animales tienen al menos un tumor benigno en su cuerpo (ejemplos incluyen lunares y etiquetas cutáneas, ambos tumores benignos de la piel).
