Porque es una locura pensar que las percepciones en ausencia de alteración psicotrópica aguda son de alguna manera no distorsionadas o más representativas de la “realidad” o las experiencias humanas que las percepciones bajo la influencia de sustancias que alteran la mente.
La exploración psiconáutica es otro método para expandir las fronteras y comprender el yo, la humanidad, la vida, el universo y la existencia. Es casi como preguntar, hace decenas de miles de años, “¿Por qué todas estas personas toman barcos a otros continentes cuando nos está yendo bien donde estamos?”
¿Son drogas para todos? Por supuesto no. Todos tenemos prioridades, objetivos y preferencias únicos en lo que respecta a la forma en que construimos nuestras visiones del mundo y contextualizamos nuestras experiencias. Las drogas no pueden ni agregar ni quitar inherentemente de manera constructiva, ya que son nuestras decisiones de compromiso las que determinan con mayor fuerza si ciertas experiencias o métodos nos acercan o no a donde queremos estar.
Los humanos no son los únicos animales con una tendencia a la embriaguez y la alteración, y la práctica de “drogarse” indudablemente es anterior a nuestra existencia como especie. Entonces, como con pizza, helado y masajes … a algunas personas les gusta, otras no. Algunas personas son muy particulares, otras no. Algunas personas participan de forma bastante selectiva, mientras que otras disfrutan del enfoque de mezcla heterogénea.
Para cerrar, vuelvo a mi punto de partida: la sobriedad no tiene nada que ver con las percepciones precisas o constructivas. La sobriedad es en gran medida incidental, y no es un estado neuroquímico separable de las “percepciones alteradas” de todos modos. Al igual que con comer, dormir, hacer ejercicio, pensar e interactuar, todo lo que hacemos influye en nuestros estados mentales y psicofisiológicos, incluida la alteración de nuestras percepciones.