Uno no debería pensar así a menos que haya alguna razón válida porque:
1. La vacunación evita que el perro atrape la rabia cuando se expone a dicha situación.
2. El perro que no sale a la calle evita que se exponga a otros animales que podrían tener rabia.
Sin haber contraído la rabia, ¿cómo se propagará el perro a los demás?