Los cilios (singular: cilio) son estructuras microscópicas similares a pelos que se extienden hacia afuera desde la superficie de muchas células animales. Estas estructuras son importantes en el ciclo celular y la replicación, y los cilios juegan un papel vital en el desarrollo humano y animal y en la vida cotidiana.
Un cilio típico tiene entre uno y diez micrómetros de largo, y generalmente menos de un micrómetro de ancho. A menudo se dividen en dos tipos diferentes, y estos tipos pueden funcionar juntos o por separado. Ellos tipos son móviles y no móviles.
Los cilios móviles, que significa “movimiento”, se pueden encontrar en el tracto respiratorio, el oído medio y otros sistemas del cuerpo. Múltiples cilios se moverán en un movimiento rítmico o pulsátil, y usarán ese movimiento para mantener los pasajes internos sensibles libres de moco o partículas extrañas, por ejemplo. Las células del cuerpo que tienen un único cilio móvil son las células de esperma, que utilizan ese cilio para impulsar la célula.
Los cilios no móviles desempeñan un papel crucial en muchos órganos diferentes. Algunos sirven casi como una antena que recibe información sensorial para la célula, procesando señales de otras células o de los fluidos que la rodean. Por ejemplo, los cilios en el riñón se ven obligados a doblarse a medida que la orina pasa, lo que envía señales a las células que están fluyendo. Los cilios no móviles dentro del ojo se alojan en los fotorreceptores de la retina, lo que permite el transporte de moléculas importantes de un extremo a otro.