Nos desarrollamos a partir de los cuadrúpedos, que, con el tiempo, encontraron alguna ventaja en poder andar sobre sus patas traseras, y no, como en algunos dinosaurios, que al no tener uso de patas delanteras pueden haberlos encontrado un apéndice demasiado vulnerable, que es por eso que se hicieron más pequeños.
Cuando los animales se trasladaron a la tierra evolucionamos apéndices hechos originalmente para nadar (aletas de pez) en miembros hechos para caminar y correr, y mucho más tarde en miembros utilizados para alcanzar, trepar y aferrar, por lo que los pies humanos son casi inútiles para agarrar objetos, y están casi completamente especializados para pararse, correr y caminar; por el contrario, nuestras manos son para agarrar y manipular cosas.