Beber leche es bueno para la salud de los huesos y la piel, pero rara vez alivia el aliento. Un vaso de leche puede causar una forma muy distinta de mal aliento a menudo llamado “aliento de leche”. Sin embargo, más allá de esta dolencia común, los productos lácteos pueden causar mal aliento a través de la ruta menos común de intolerancia a la lactosa.
En una boca típica, la lengua, los dientes y el paladar están cubiertos con millones de bacterias. Después de un trago de leche, estos microbios van a trabajar para digerir los restos de lactosa, lípidos y proteínas que recubren la boca.
Con el tiempo, este proceso digestivo produce un exceso de sulfuro de hidrógeno en la boca, lo que puede causar un olor agrio en la respiración. Los bebés a menudo tienen aliento de leche muy pronunciado, por razones obvias.
Sin embargo, la intolerancia a la lactosa también puede causar halitosis. Los expertos recientemente escribieron en el Chicago Tribune que, si bien hay pocos estudios médicos que relacionen la intolerancia a la lactosa con el mal aliento, aún existe la posibilidad.
Para evitar el mal aliento, puede ayudar el enjuague con un ambientador especial después de consumir productos lácteos.
