¿El daño tiene que ser mitigado antes de que podamos perdonar?

Es difícil de ver ahora, pero el perdón en realidad mitiga el dolor, y no al revés. Perdonar es para ti, no para la otra persona.

En lugar de encontrar una nueva respuesta de por qué, ¿qué hay de encontrar una nueva pregunta “por qué”.

La única respuesta que has encontrado es que él no se interesó por ti. Eso duele. Incluso puede ser cierto. Entonces, usted se puede preguntar: ¿por qué duele tanto? ¿Por qué crees que le importa, si no lo hizo? ¿Por qué te importa si él no lo hizo?

Las respuestas a esas preguntas también pueden ser dolorosas, pero son más útiles para ayudarlo a recuperarse. Intentar comprender la motivación de otra persona es una situación sin salida. Nunca se puede saber realmente por qué alguien hizo lo que hizo.

Lo que puede hacer es tratar de comprender por qué hizo lo que hizo y, lo que es más importante, qué podría hacer de manera diferente en el futuro. Una vez que te des cuenta de eso, será más fácil.

A la larga, lo que hizo, y por qué, no importa. Está en el pasado. El futuro te está esperando.

En el futuro no tienes que sufrir porque has desarrollado una conciencia de tus propias motivaciones. Porque has aceptado tu parte en la creación de la situación. Porque aprendiste una lección y no volverás a hacerlo.

El dolor disminuye una vez que te das cuenta de que siempre has tenido el poder de evitar que esto suceda. En el futuro, usarás esa potencia cuando lo necesites.

Se dice que debemos perdonar pero nunca olvidar. El perdón lo libera de los errores que cometió en el pasado. Nunca olvidar se asegura de que no los repita en el futuro. Juntos, esas cosas hacen que el dolor desaparezca.

Imagen cortesía de QuotesGram