Hay muchos tipos de meditación aliento, y solo algunos de ellos mejoran la conciencia. Toda la meditación se puede dividir en dos grandes categorías: aquellas en las que tratamos de cambiar algo, y aquellas en las que buscamos tomar conciencia de lo que ya está sucediendo.
Entonces, por ejemplo, si controlamos nuestra respiración contando inhalación y exhalación para la respiración profunda, eso no mejorará la conciencia.
Pero si practicamos lo que habitualmente se llama respiración consciente, entonces mejoramos la atención plena. La atención plena es conciencia cercana y atenta. El Buda lo llamó “plena conciencia” en el anapanasati sutta, las instrucciones para “plena conciencia de la respiración”. Me gusta llamarlo conciencia amorosa, porque prestamos atención con una conciencia gentil que no interfiere. Digo que es como ver la respiración como mirar a un ciervo en el bosque. Nuestra conciencia es tan silenciosa y aún así no asustamos al ciervo. Nuestra conciencia es tan silenciosa y tranquila que no cambia el patrón de nuestra respiración.
Sin embargo, el patrón de nuestra respiración cambiará. Nos enfocamos en la conciencia, no en la relajación. Intentar relajarse no funciona. Pero, al centrarnos en la conciencia, logramos la relajación como un efecto secundario natural. Con la relajación viene una respiración más profunda, más oxígeno y menos uso de oxígeno. Esto apoya una conciencia más sensible en la función del sistema nervioso periférico y central.
Si seguimos el programa de entrenamiento que Buda enseñó en el anapanasati sutta, primero sentimos el movimiento del vientre al entrar y salir la respiración. Luego aumentamos nuestra conciencia de la sensación de la respiración y todas las sensaciones del cuerpo.
Por lo tanto, la respiración es el objeto inicial, pero lo que estamos practicando es la conciencia. Ahora, la ley del karma entra en juego: lo que practicamos, mejoramos en.
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De modo que aumentamos nuestra capacidad de conciencia sostenida, suave, sutil y detallada.
En el entrenamiento clásico de meditación budista, esto se llama respiración “plena conciencia del cuerpo”. Es el primero de cuatro pasos en el entrenamiento de conciencia básica. Este trabajo nos prepara para una capacitación más avanzada que nos permite estar al tanto de las emociones y los pensamientos.
Una vez que somos conscientes de nuestro cuerpo, nuestros sentimientos y nuestros pensamientos, tenemos las herramientas que necesitamos para establecer la paz mental y la vitalidad del cuerpo para que podamos eliminar el sufrimiento.