Cuando estamos sentados en un solo lugar durante más horas, nuestros músculos permanecen inmóviles lo que conduce a la producción de ácido láctico en el área estable.
Este ácido láctico se recoge en la misma área y nos da calambres instantáneos.
Pero, tan pronto como el músculo se vuelve móvil, el ácido comienza a propagarse al otro músculo y equilibra su suministro.
Esto sucede rápidamente tan pronto como comenzamos a movernos.
Por lo tanto, sentarse durante largas horas siempre dará como resultado calambres, entumecimiento, dolores.