De acuerdo con la Ley de Conservación de la Misa, la materia no se crea ni se destruye, pero puede alterar su forma a través de la reacción química. Esencialmente, eso nos dice que mientras perdemos masa en nuestro cuerpo quemando grasa, no solo desaparece. Simplemente cambia de forma, como agua y vapor.
Cuando comemos, la glucosa y el azúcar aprovechados de los carbohidratos son las primeras fuentes de combustible. El hígado almacena la glucosa en forma de glucógeno y la libera en el torrente sanguíneo, según sea necesario, para mantener nuestro cuerpo transportado en camión. Piense en su torrente sanguíneo como una cinta transportadora interconectada que lleva los nutrientes necesarios a las partes del cuerpo que los necesitan. Una vez que se agota la glucosa, la grasa toma el control. Aprovechar la energía quemando grasa se conoce como cetosis.