El metano es inodoro. Sin embargo, es un gas natural (los humanos no lo presurizan y lo canalizan en varias ubicaciones hasta después de refinarlo en su totalidad) que esencialmente nunca ocurre o se emite solo. El gas concurrente más común, naturalmente, es el sulfuro de hidrógeno, también conocido como “gas de alcantarillado”, que tiene un olor extremadamente rancio y nauseabundo. La probabilidad de encontrar metano inodoro sin un gas coexistente de olor fétido es casi cero. La fuente más común de ambos gases es la descomposición de la materia orgánica, que produce ambos gases al mismo tiempo.
El gas natural comprimido (GNC – metano refinado y comprimido utilizado como fuente de energía de combustión) sería inodoro a menos que se agregara un odorante (generalmente metanotiol también conocido como mercaptano) como medida de seguridad para que las personas lo puedan oler sin equipos especiales de detección.
Los servicios de gas generalmente describen el olor del metanethiol como un olor a “huevo podrido”. Algunas personas pueden percibirlo de esa manera, aunque el verdadero olor a “huevo podrido” es el sulfuro de hidrógeno. Otros lo describen como el olor a repollo podrido o calcetines sucios, una vez más, no estrictamente preciso. Personalmente lo percibo como un olor a cebolla, y las cebollas contienen metanotiol. También lo hacen varios tejidos del cuerpo humano.
