Se supone que los doctores no deben hacer daño. La política casi garantiza cierto nivel de daño a alguien en algún lugar. Aquellos a quienes sirven los políticos son esencialmente la humanidad entera.
Las necesidades conflictivas son la norma. La propia circunscripción y el círculo propio tienen demandas diferentes que entran en conflicto con las suyas, entre sí y, en última instancia, con las de todos los demás en el planeta.