Karma no es una persona, como un dios, que distingue entre personas, “castiga” a algunos pero deja a los demás. El karma es una fuerza impersonal del universo, como la gravedad. Donde sea que estés en el universo, la gravedad opera; funciona de manera consistente y no distingue entre objetos. De acuerdo con la doctrina, el karma es así.
El karma puede y funciona dentro de una sola vida, pero sus efectos más importantes se extienden entre vidas. Uno de los efectos más importantes del karma, desde un punto de vista individual, es establecer las circunstancias de nuestro nacimiento: nuestra forma corporal y el entorno físico y social en el que nacemos, ya que estos son factores determinantes de nuestra vida. iré. Entonces la doctrina del karma concuerda con la doctrina del renacimiento, y no tiene sentido sin ella. La fuerza acumulada de nuestras acciones nos sigue en la vida después de la vida.
Pero la doctrina dice que todo lo que nos sucede, sea agradable o desagradable, también es karma. Cuando alguien te alaba por algo que has hecho, ese es tu buen karma manifestándose; cuando cortas el pie en una acera (como lo hice este verano), ese es tu mal karma manifestándose.
Cuando las personas nos causan problemas, puede surgir un deseo de venganza dentro de nosotros y un deseo de que el karma los “castigue”. Estos no son pensamientos útiles. Por un lado, los pensamientos de venganza y querer hacer daño a los demás son kármicamente negativos para ti , empujándote hacia experiencias más desagradables en el futuro. Si alguien te ha hecho daño, ciertamente experimentará la consecuencia kármica de eso en algún momento, aunque nunca lo atestigües; de hecho, es probable que sea en una vida futura.
Pero otro punto importante es que el daño que esa persona le ha hecho es la manifestación de su mal karma; está sucediendo por algo que has hecho en el pasado, ya sea en esta vida o en otra. Mientras tu enemigo asume la deuda kármica de haber hecho daño a ti, al mismo tiempo está madurando tu karma de un tiempo anterior. En otras palabras, tu enemigo está resolviendo tu propia cuenta kármica que has creado en el pasado, extinguiendo tu mal karma. Si deseas dañar a tu enemigo, o ver que el daño viene a él, ahora estás creando un nuevo y malo karma para ti, que a su vez volverá a madurarte en el futuro.
Por todos los medios, ponte de pie contra la injusticia y no toleres el abuso; pero sepa que cualquier daño que se le presente es el resultado de su propio karma. El gran error, desde una perspectiva kármica, es considerar ese acto como el comienzo de algo, cuando en realidad es el final de algo. Tu reacción a ella es el comienzo de otro ciclo kármico para ti. Si actúa con este conocimiento, su acción será apropiada y conducirá a las mejores consecuencias para todos.