Tomaría más de mil años evolucionar diferencias notables, porque los humanos tienen un tiempo de generación larga. Pero podríamos desarrollar mandíbulas más grandes y más fuertes para masticar plantas resistentes en una generación, porque ese tipo de cambios pueden ocurrir solo por el ejercicio.
Después de quizás 100.000 años, seguiríamos teniendo el mismo aspecto, pero nuestros dientes serían más grandes y planos, nuestras mandíbulas estarían cableadas para ser más fuertes (y podríamos haber re-desarrollado una cresta en el cráneo, para dar más anclaje a esos músculos grandes) y nuestro apéndice habría vuelto a ser un ciego. Podríamos tener más de una barriga para acomodarla.