No puedes.
Para un padre, perder a un hijo es la pérdida más inimaginable. Es, simplemente, lo impensable.
La idea de perder un hijo hace que la sangre se enfríe.
En las ocasiones en que tuve que decirle a un padre que su hijo había muerto, hay una frase que es bastante común para todos,
” ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a hacer frente?
Y me siento allí, enmudecido porque simplemente no lo sé.
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Cuando un niño muere, la luz se apaga. Parte del padre muere con ellos. Siempre habrá tristeza, en alguna parte. Un pensamiento efímero de algo, allí desaparecido. Eso nunca, nunca se irá.
Cuando un padre pierde un hijo, pierde mucho más que una persona.
Los padres siempre tienen esperanzas y sueños para sus hijos. Esperanzas de heredar.
La primera vez que caminan, hablan, andan en bicicleta, van a la escuela. Su primera jugada, su primer novio o novia. El día que se van a la universidad. El día en que regresan, con el corazón roto después de una relación que salió mal. Las llamadas nocturnas, las toallas en el piso.
Cuando pierdes un hijo, todo eso se ha ido.
¿Cómo puede alguien consolarse?
Lo único que puede hacer es estar allí, escuchar, ayudar con los aspectos prácticos. No les digas que mejorará, no les digas que sabes cómo se sienten.
Todo lo que puedes decir es, “tu hija era hermosa, lo siento mucho por tu pérdida”