¿Es verdad que nosotros, como seres humanos, nos vestimos porque hemos perdido nuestra inocencia y somos una especie pervertida?

En primer lugar, la suposición de esta pregunta no es verdadera. Aquí hay un ejemplo: si los caniches (un tipo de perro) tienen el pelo mal cortado o afeitado como un corte de pelo, se sienten SUMAMENTE avergonzados y se esconden debajo de los muebles hasta que crezcan un poco.

¿Este perro ha perdido su inocencia? ¿Este perro se ve pervertido? No, él se ve lindo con un suéter.

Eso es parcialmente cierto. Definitivamente hemos perdido nuestra conexión con la naturaleza y la forma en que todos nacimos.

Si crees en el Jardín del Edén (no creyentes, no leas más allá de este punto, por favor), originalmente estábamos destinados a vivir desnudos y sin vergüenza. El problema comenzó cuando Eva (y luego, Adán) comió la fruta prohibida, lo que hizo que se sintieran avergonzados de la desnudez. No es que la desnudez en sí misma sea mala y vergonzosa. Es que los humanos lo hemos convertido en algo malo y vergonzoso.

No. Nos vestimos de calor y conveniencia. Y como una expresión de gusto personal.