Un nivel bajo de azúcar en la sangre a menudo provoca irritabilidad y mal humor. Es un síntoma muy común. Tan común que las palabras y frases han llegado a describir la irritabilidad inducida por los alimentos, tales como: “¡ahorcado!” o “cambios de comida”.
Estaba leyendo este artículo que afirma que el vínculo entre el hambre y la irritabilidad no se ha examinado de ninguna “manera sistemática y científica”; sin embargo, las personas tienden a ser hipersensibles y más alertas cuando algo hambriento y algo más pequeño que normalmente no las irrita son más probabilidades de hacerlo mientras está hambriento. Aquí hay un enlace al artículo en caso de que esté interesado:
http://www.nytimes.com/2005/12/0…