Depende de dónde trabaje, cómo es la enfermera y el médico, y la cultura del hospital. En las partes del sur (más católicas) de los Países Bajos, el ambiente suele ser más formal que en Ámsterdam, donde trabajé.
En Bélgica, Francia y Alemania, tienden a ser muy formales entre sí.
En las salas con la mayoría de los maestros estamos en los términos de un nombre, pero para las enfermeras aprendices más jóvenes que todavía nos llaman Doctor. Valoramos su aporte, por lo que las rondas comienzan con una discusión en papel sobre los pacientes que abordaremos con las enfermeras, antes de ver realmente a los pacientes en la sala.
En la unidad de cuidados intensivos (UCI), donde trabajé durante 14 años, todos estamos en términos de primer nombre, la opinión de los enfermeros (como es el fisioterapeuta, el nutricionista y el farmacéutico hospitalario) es muy valiosa, ya que son nuestros ojos y oídos, sin ellos nosotros, como doctores, estaríamos perdidos. Si la enfermera no entendía por qué hicimos algo, después de que pasara el momento agudo, nos tomaríamos el tiempo para explicárselo, junto a la docencia, pero porque es una UCI en un nivel más alto que con las enfermeras en la sala. Es una experiencia gratificante. Los hace mejores en su trabajo. Y nunca olvides dar las gracias cuando algo salió bien debido al esfuerzo de todos, hace que trabajar juntos sea aún mejor.
No hay médicos junior en nuestra unidad de cuidados intensivos, solo el especialista especialista trabaja allí.
Son las mejores enfermeras capacitadas que tenemos, y en nuestro lugar son muy leales al hospital y a nosotros los médicos, ¡pero con razón esperan que no las decepcionemos también!
Esto también se aplica en el departamento de emergencias, donde, como escribió Lou Davis, los médicos subalternos que comienzan allí son guiados en sus primeros pasos en el servicio de urgencias por enfermeras con experiencia en ED, lo que les da un buen comienzo. Afortunadamente, los nuestros no rotan cada 4 meses.
Yo mismo, hace muchos años, cuando empecé en las salas antes de comenzar mi residencia, obtuve la mayor parte de mis conocimientos prácticos de una enfermera jefe con experiencia que, como era habitual en esa época, me acompañó en mi ronda y me ayudó.