Es probable que esté malinterpretando el propósito de un EEG, así como las capacidades de la tecnología actual. EEG no es un medio bidireccional: es, para usar el modelo computacional, un proceso de “solo lectura”, que rastrea la actividad eléctrica entre los electrodos para encontrar las convulsiones. (Una convulsión es, en una simplificación excesiva, un fallo de las neuronas en el cerebro).
Los técnicos en neurodiagnóstico actualmente implantan electrodos directamente en el cerebro de los pacientes, pero se considera una medida extrema: utilizar este procedimiento casi siempre significa que el paciente sufre ataques epilépticos que no pueden controlarse farmacológicamente, y el neurocirujano intenta determinar con tanta precisión como es posible la cantidad de cerebro que se verá obligado a resecar.
El proceso comienza con una trepanación (extracción del cráneo), y luego se implanta una “rejilla” de electrodos pin en el área designada del cerebro. Los neurólogos tienden a solicitar 64 canales (o, en otras palabras, 64 electrodos implantados) o 128. La tecnología actual limita el número máximo de canales a 256. (Teóricamente, podría haber más canales, pero una ubicación adecuada sería problemático). espera y registra la actividad eléctrica en esa parte del cerebro. Las coordenadas de la cuadrícula se rastrean, y las ráfagas de electricidad no controladas se usan para definir aquellas áreas donde el “circuito” del cerebro se está volviendo loco. El neurocirujano luego usa esto para crear un plan de resección. Quitan el tejido que se requiere y, con suerte, el paciente ya no sufre ataques incontrolables.
Creo que la Neurociencia tiene un largo camino por recorrer antes de que desarrollemos la tecnología para permitir una interfaz neuronal hombre-máquina, por desgracia. Mi suposición es que veremos a Science resolver primero el enigma del sistema nervioso periférico.
