Bueno, en realidad, destruir todo el material genético de un ser humano es bastante (léase: insano) difícil. Sin embargo, hay ciertas toxinas que logran un efecto similar, aunque por diferentes medios:
Conoce a Amanita bisporigera, también conocido como el ángel desterrador. Produce una amatoxina que inhibe el efecto de la ARN polimerasa, deteniendo esencialmente la transcripción del ADN a los diversos ARN que son esenciales para la vida; no es lo mismo que eliminar todo el ADN por completo, pero logra aproximadamente el mismo efecto.
Este escenario es explorado a fondo por el brillante Randall Monroe en su libro “Qué pasa si: respuestas serias a preguntas hipotéticas absurdas”. Básicamente, si el ADN simplemente desapareciera sin otros efectos nocivos en nuestras células, experimentaríamos algunos efectos negativos inmediatos, como mareos, seguidos por un período de “recuperación” en el que parece que estás mejorando, excepto lo que realmente está sucediendo. es que sus celdas están acumulando daños irreparables. Esto se conoce como la etapa de “fantasmas caminando”.
Después de eso, sufriría una variedad de síntomas, empezando por cosas como diarrea (ya que su intestino ya no funciona), náuseas y vómitos, y terminando con una falla orgánica masiva ya que la gran mayoría de sus células simplemente mueren, casi simultáneamente. . Ninguna cantidad de atención médica lo salvará.
Esta respuesta se basa casi por completo en “No más ADN”, una situación hipotética explorada por Randall Munroe en su libro “Qué pasa si: Respuestas científicas serias para cuestionar las cuestiones hipotéticas”. No me atribuyo el mérito de esta respuesta.