El desafortunado humano en cuestión morirá dentro de poco, en una agonía insoportable, de la madre de todas las enfermedades autoinmunes de la piel, ya que su propio sistema inmune atacará y destruirá las células de piel alteradas que ahora perciben como extrañas. Toda la piel se inflamará, se formará ampollas y se despegará en trozos horripilantes. La muerte por infección y la pérdida de agua seguirán en breve. Será como un cuerpo entero, cocido a fuego lento, quemaduras de tercer grado, excepto mucho peor.
Ahora, si se preguntaba si tener una piel fotosintética le permitiría a un humano sobrevivir con luz solar, agua y aire, la respuesta, por desgracia, es no. La eficiencia de la fotosíntesis de las plantas no es suficiente para producir la energía o los alimentos necesarios a un ritmo que permita la supervivencia humana, con solo la superficie proporcionada por la piel humana (la mayoría de las cuales no estaría óptimamente inclinada hacia el sol). Incluso con la superficie proporcionada por un cuerpo con forma de árbol, solo se produce energía y material orgánico a una velocidad suficiente para vivir como un árbol, es decir, inmóvil y en crecimiento, pero sin moverse, pensar, hablar, etc.
