No apretado en absoluto. Cantar debe ser al menos tan cómodo y fácil como hablar, si no es así, algo está mal con tu técnica y querrás corregir eso antes de continuar. De lo contrario, corre el riesgo de dañar sus cuerdas vocales.
Los cables vocales son pequeños y vibran a velocidades muy rápidas (como mil veces por segundo en notas más altas). La tensión en la garganta o el cuello les impide vibrar con facilidad y, finalmente, causa daños. Además, no suena bien. 🙁