Cuando te acomodes en la cama por la noche,
cierra los ojos y comienza a adormecerte; es posible que notes el colorido espectáculo de luces que sucede dentro de tus párpados. Cuando frotas el sueño de tus cansados ojos, las luces se intensifican de repente y aparecen ráfagas de colores brillantes en todo tu campo de visión.
Unos segundos más tarde, los colores vuelven a asentarse. Si bien es posible que aprecie el entretenimiento antes de acostarse, en el fondo de su mente somnolienta probablemente se haya preguntado qué diablos está viendo.
Estas extrañas manchas que ves tienen un nombre; se los llama “fosfenos” y los investigadores creen que la luz real puede desempeñar un papel. Pero no luz ordinaria: esta luz viene de adentro de tus ojos. De la misma manera que las luciérnagas y las criaturas de las profundidades del mar pueden brillar, las células dentro de nuestros ojos emiten biofotones o partículas de luz producidas biológicamente.
Nuestros ojos realmente producen muchos más biofotones de los que terminamos viendo como fosfenos. “Cuando te frotas los ojos, esto genera biofotones en muchas partes de los ojos, pero en su mayoría se absorben localmente”. Casi todos los biofotones que ves son los emitidos y absorbidos por los átomos en la retina: la parte de tu ojo responsable de detectar la luz.
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Dentro de la retina, millones de pequeñas células llamadas bastones y conos recogen la luz y la convierten en señales eléctricas. Estas señales viajan a través del nervio óptico a una parte del cerebro llamada corteza visusl. Aquí, el cerebro reconstruye una imagen usando la información recibida de los ojos. Cuando una imagen reconstruida parece una tontería, el cerebro etiqueta rápidamente la imagen como irreal, o un fosfeno.
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