Desde un punto de vista práctico, el sistema nervioso y los sentidos funcionan lo suficientemente bien en nuestro interés. Pero aún necesitamos usar nuestro cerebro para completar el resto.
- Por ejemplo, no querría obtener una quemadura de tercer grado de una quemadura de nitrógeno líquido. Aunque el nitrógeno líquido es muy frío, le da una herida por quemaduras. Pero su cerebro debe saber que la exposición prolongada al nitrógeno líquido es peligrosa, por lo que evita exposiciones como esa.
- De manera similar, si se expone con frecuencia a la luz ultravioleta (contenida en la luz solar de espectro completo), usted sufriría frecuentes quemaduras solares, queratosis actínicas y eventualmente cáncer de piel. También obtendría cataratas en sus ojos, lo que requeriría cirugía de cataratas. Pero tu cerebro te dice que evites, por lo que no lo haces.
- Pero, en general, en la vida cotidiana nuestros sentidos y nuestro sistema nervioso nos sirven para salir adelante. También tenemos reflejos protectores que evitan muchos accidentes, que es una combinación entre nuestros sentidos, el sistema nervioso, los recuerdos del pasado y la retirada reflexiva del peligro.